Smart Cities, un ecosistema lleno de oportunidades

A estas alturas no dedicaremos mucho tiempo a definir una Ciudad Inteligente. Si deseas profundizar en el concepto de la Smart City, te invitamos a repasar el artículo sobre qué es una Smart City que ya compartimos hace unos meses.

Para complementar esta información, hoy exploraremos algunos ejemplos reales de Smart City, y tendencias de líneas de trabajo que, con el tiempo, se está comprobando que son las que tienen más impacto en el servicio al ciudadano.

Algunos ejemplos de Smart City

En los Emiratos Árabes Unidos se ha creado una ciudad cuyo objetivo no es solamente ser sostenible, sino también ser autoabastecida de recursos naturales. Se trata de la Ciudad de Masdar, en Abu Dabi. Entre sus muchos planes, cuentan con edificios inteligentes que autorregulan la temperatura interior, y con sistemas para minimizar los efectos del sol. El transporte público es autónomo y la red eléctrica se abastece al 100% de placas solares.

Nueva York es una de las ciudades más pobladas a nivel mundial y uno de los referentes en Smart City en Estados Unidos. En 2015 se introdujeron los llamados ‘BigBelly’, unos cubos de basura equipados con sensores inalámbricos para controlar su capacidad, permitiendo al servicio de recogida de residuos programar las rutas de una forma más inteligente. Este sistema incluye un compactador de basura que funciona con energía solar, y que ayuda a aumentar la capacidad del contenedor por cinco.

En Ámsterdam el 67% de los desplazamientos por el centro de la ciudad se hacen en bicicleta. Aunque parezca incongruente en un contexto de promoción de la movilidad sostenible, se ocasionan auténticos atascos en hora punta. Durante los últimos años la ciudad ha desplegado una red de sensores y un sistema de gestión de tráfico de usuarios de bicicletas, de tal forma que, durante esas horas de mayor ocupación, se pueden definir y proponer a los usuarios rutas alternativas para agilizar los desplazamientos.

El caso de Barcelona

También podemos encontrar muchos ejemplos de proyectos orientados hacia la Smart City en España, por ejemplo, en Barcelona.

Los sistemas de transporte urbano han introducido autobuses híbridos, paneles solares en las marquesinas y se ha optimizado las rutas de la red de autobuses para poder hacer el 95% de los viajes con un máximo de un único transbordo entre dos destinos de cualquiera de la ciudad. Todo ello gracias al big data y al análisis de afluencia de usuarios y sus rutas.

La gestión de residuos también ha incorporado tecnología digital de un modo parecido al de Nueva Yorl. Un sistema de contenedores con capacidad de generar un sistema de vacío permite la eliminación malos olores, al mismo tiempo, incorpora sensores de capacidad disponible en tiempo real que comunican a un sistema centralizado que permite optimizar cada día las rutas óptimas.

En toda la ciudad se usa un sistema de alumbrado público inteligente con bombillas de bajo consumo y sensores que pueden medir la humedad, temperatura, contaminación ambiental y la presencia de personas o ruido. De este modo se adapta la intensidad del alumbrado de forma autónoma reduciendo el gasto de energía. Esta suele ser una de las primeras medidas que se despliega en cualquier Smart City por ofrecer un ahorro directo en factura energética a un coste muy razonable y con tecnología ya muy probada en entorno real.

Tendencias para las Ciudades Inteligentes

Las Smart Cities no son cosa del futuro, son muy del presente. A los ejemplos anteriores nos remitimos sobre cómo un servicio público se puede optimizar con la aplicación de proyectos tecnológicos. Pero no todo vale. Se pueden inventar soluciones disruptivas y desplegar proyectos ingeniosos, pero a medio plazo, ¿cuáles realmente tendrán un éxito real colonizando la mayoría de las ciudades? ¿Qué ideas o tecnologías o servicios serán los que captarán la atención y los presupuestos de las administraciones municipales?

La primera reflexión es que esto dependerá de cada ciudad. En función de su ubicación, población, cultura, idiosincrasia o incluso perfil político de sus gobernantes en un momento dado, definirá sus retos prioritarios. Unos abogarán por la gestión del tráfico y la movilidad sostenible, otros por la gestión del agua y otros por la seguridad ciudadana entre muchas posibles líneas de trabajo.

Identificar esas motivaciones para presentar las propuestas más adecuadas aumentará la probabilidad de que una oportunidad se convierta en un proyecto real.

Dicho eso, si analizamos estadísticamente los proyectos más habituales, vemos tendencias comunes.

Infraestructura tecnológica Interoperabilidad de los datos

Una Smart City no sería tal si no cuenta con sensores que recogen un flujo de datos sobre los cuales se pueden tomar decisiones para mejorar o gestionar los recursos de los que se dispone. Esta información ya demuestra un gran volumen y será exponencialmente creciente en el futuro. Por esto, es necesario trabajar sobre una capacidad de almacenamiento suficiente, sobre unas redes de comunicación robustas y sobre un software de gestión lo más centralizado y abierto posible que garantice el correcto tratamiento de datos en tiempo real y la interoperabilidad entre servicios y administraciones. Sin invertir en estas capacidades de infraestructura tecnológica resulta casi imposible avanzar en el despliegue de la Smart City.

Ciberseguridad

Todos los datos recolectados y almacenados son una información de gran valor que debe ser protegida para evitar la ciberdelincuencia. Recordemos que muchos de ellos pueden hacer referencia a datos personales o de hábitos de comportamientos de ciudadanos, quienes esperan una máxima privacidad a cambio de facilitarlos.

Por esto, la ciberseguridad es uno de los aspectos críticos en los que deben trabajar las administraciones. La ciudadanía solo se incorporará a la ola de la Smart City si siente hasta cierto punto confianza en que sus datos están protegidos, y que no se hace un uso fraudulento, partidista o económico de los mismos.

Gestión inteligente del tráfico

En las grandes ciudades el tráfico suele ser un problema importante que genera grandes quebraderos de cabeza a los gestores y a los ciudadanos. Además, sus consecuencias en índices de contaminación atmosférica y de ruido son muy negativos.

La implantación de tecnología (cámaras, sensores…) que permita obtener datos en tiempo real sobre el tráfico para poder optimizar rutas es una línea de trabajo evidente. Para ello, debe considerarse el aprovechamiento del equipamiento urbano clásico como plataforma en la que integrar tecnología digital. Por ejemplo, los sistemas de contención inteligentes pueden contener impactos cuando hay salidas de vía, pero también prevenir accidentes y ofrecer información estadística en tiempo real.

Metaurban® SMART

Primer pretil homologado con seguridad activa

¡Déscubrelo!

Servicio de alumbrado público o gestión de residuos

El alumbrado público supone un gasto muy elevado para la factura de la ciudad. Hace ya muchos años que se ha confirmado que una inversión en tecnología LED controlada autónomamente para la regulación de la iluminación es un proyecto robusto técnicamente y rentable a medio plazo.

La digitalización del servicio de recogida de residuos se ha iniciado posteriormente pero como hemos expuesto, ya hay numerosos proyectos piloto en esta línea.

Proyectos útiles para las Ciudades Inteligentes

Las Smart Cities no pueden ser la nueva excusa para colocar servicios tecnológicos sin valor. Cada propuesta debe demostrar cuantitativamente eficiencia en recursos, sostenibilidad, información útil o una mejor experiencia para las personas. E idealmente varios de estos beneficios combinados.

En Metalesa llevamos muchos años trabajando para aportar soluciones óptimas para las Ciudades Inteligentes, pensando en el beneficio último que obtendrán los ciudadanos, por ejemplo, nuestro Metaurban® SMART, el primer pretil urbano inteligente del mundo con seguridad vial activa, que no solo contiene, sino que además previene e informa. Toda una innovación que invita al sector privado a transformar el equipamiento urbano y llevarlo hacia una nueva dimensión integrándolo en el ecosistema de la Smart City.

Seas de una administración pública y buscas ideas, o una empresa interesada en desarrollar nuevos productos y buscas alianzas, no lo dudes y contáctanos. Estaremos encantados de ayudarte y explorar vías de colaboración.


Semana Mundial de las Naciones Unidas sobre la Seguridad Vial

Como cada año, la tercera semana de mayo se celebra la Semana Mundial de las Naciones Unidas sobre la Seguridad Vial, un evento que quiere poner en el punto de mira los diversos peligros que existen en las carreteras para crear conciencia, sirviendo así de altavoz para desarrollar normativas que puedan ayudar a reducir los incidentes y salvar vidas.

El año pasado se lanzó una campaña bajo el lema #StreetsForLife #Love30 (Calles para la vida) en la que buscaban crear zonas urbanas residenciales con un límite de velocidad de 30km/h contribuyendo así a que las ciudades sean más seguras, ecológicas y adecuadas para convivir con los diferentes medios de movilidad urbana tan en auge (bicicletas, patinetes y VMPs).

La campaña del año pasado es la primera de muchas campañas que se han planificado como parte del Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2021-2030. Este plan de acción forma parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un plan de acciones voluntarias a nivel mundial acordadas por los Estados Miembros de las Naciones Unidas para proteger el planeta y a todos los que lo habitamos, y que busca, entre otros muchos objetivos de sostenibilidad, poder prevenir al menos el 50% de los accidentes de tráfico de aquí al 2030.

Esto es más urgente que nunca porque, estudios recientes apuntan a tendencias preocupantes. Según Fundación Línea Directa, “la siniestralidad urbana entre usuarios vulnerables podría empeorar, causando hasta 5.500 muertos en las ciudades españolas de aquí a 2030, lo que supone un aumento anual de entre el 30 y el 50%”. Entre los principales argumentos que el estudio expone destacan el despliegue masivo de carriles bici en entornos urbanos, la popularidad de los VMPs, o la falta de conciencia social sobre movilidad sostenible.

Los nuevos modelos de movilidad urbana, una nueva necesidad

Dentro de los objetivos de la Agenda 2030 se pone especial hincapié en el concepto de Ciudades Sostenibles: grandes asentamientos humanos en los que el consumo de recursos sea sostenible sin perjudicar a la calidad del aire. Es por esto que en los últimos años se han diseñado campañas de concienciación hacia una movilidad más sostenible dentro y fuera de las zonas urbanas con la creación de Zonas de Bajas Emisiones y la ampliación de las calzadas para los peatones y bicicletas.

Con todo esto, han surgido nuevos medios de movilidad personales y las normativas han quedado obsoletas o han tenido que adaptarse, surgiendo así nuevas necesidades en los sistemas de seguridad viales.

Primer pretil homologado con seguridad activa

La misión de Metalesa es proteger a las personas, es salvar vidas. Uniendo este propósito con este contexto de nueva movilidad en entornos urbanos, surgió la idea de crear el nuevo Metaurban® SMART, el primer pretil con seguridad vial activa, es decir, que no solo espera pasivamente a contener un accidente, sino que evita que estos sucedan mediante señalización inteligente.

El desarrollo de este nuevo producto responde a la necesidad creciente de la sociedad de disponer de productos homologados como garantía de calidad para ámbitos urbano y periurbano, al mismo tiempo que se aprovechan las nuevas tecnologías y el despliegue de las comunicaciones 5G para llevar los sistemas de contención a una nueva dimensión como productos inteligentes.

Se trata de un sistema totalmente alineado con las nuevas tendencias en la gestión de las infraestructuras: seguridad, sostenibilidad y conectividad.

  • Garantiza la seguridad porque ha sido ensayado a escala real como acredita el marcado CE.
  • Promueve la movilidad sostenible haciendo que las nuevas infraestructuras en las ciudades sean más seguras y amables.
  • Es conectable porque integra tecnología PLUG&META®, que no solo espera que el accidente suceda, sino que identifica situaciones de riesgo, y actúa alertando a los usuarios de la vía mediante señalización, minimizando la probabilidad de que estos accidentes lleguen a suceder. Se han desarrollado hasta 10 escenarios funcionales, por ejemplo, aviso de accidente, presencia de peatones, velocidad excesiva, retenciones, o aviso por mala visibilidad entre otros.

Se trata de un pretil totalmente innovador porque, como se ve, además de contener en caso de accidente, previene que estos no sucedan, y además recopila datos e informa a la autoridad municipal de todos aquellos eventos que se desee, desde datos de calidad de aire, de conteo o de múltiples estadísticas de eventos detectados por la sensórica incorporada el pretil.

Metaurban® SMART

Primer pretil homologado con seguridad activa

¡Déscubrelo!

El sistema es modular, de tal manera que puede incorporarse la tecnología SMART solo a aquel tramo donde realmente haya una necesidad especial, pudiendo ser el resto un sistema de contención tradicional 100% seguro ante salida de vía.

Y todo ello, gestionable en remoto gracias a la plataforma de gestión accesible desde cualquier dispositivo.

De esta manera, un sistema de contención tradicional ha evolucionado hacia un nuevo servicio de gestión del tráfico y de movilidad urbana y de información para la ciudad.

El pretil Metaurban® SMART supone un gran avance en el sector del equipamiento urbano, incitando a imaginar cómo el IoT puede transformar elementos estáticos en miembros digitales activos del ecosistema de la ciudad inteligente. 

Nuestra meta es mejorar la calidad de vida de las personas, enfocando nuestro esfuerzo en ofrecer una gama de soluciones de protección y seguridad tecnológicamente avanzadas. Si quieres conocer un poco más sobre esta tecnología, visita nuestro nuevo microsite.